lunes, 4 de julio de 2016

La rehabilitación nutricional en los Trastornos del Comportamiento Alimentario (TCA)

Los Trastornos de la Alimentación son una patología frecuente en nuestros días, principalmente entre los adolescentes y adultos jóvenes.

Se sabe que la Anorexia Nerviosa es la tercera enfermedad crónica en la adolescencia y se conoce la importancia que tienen los distintos programas de prevención, los cuales deben iniciarse de forma temprana, en la edad escolar, inculcando hábitos dietéticos y estilos de vida saludables, así como desarrollando la autoestima y la toma de decisiones.

Es muy importante el diagnóstico y tratamiento precoz de estos pacientes, ya que con frecuencia se cronifican y pueden ocasionar secuelas físicas irreversibles.

Las especiales características de los trastornos de la conducta alimentaria (TCA) hacen indispensable un enfoque altamente especializado en su tratamiento.

En este contexto, la figura de un Dietista-Nutricionista especialista en TCA se considera clave, pues estos desórdenes alimentarios pueden inducir graves repercusiones nutricionales que, por un lado interfieren en el tratamiento psicológico y, por otro, pueden poner en peligro la vida del paciente.

El control y la resolución de estas complicaciones han de ser resueltas por especialistas en el manejo de estas enfermedades. Entre ellas, resulta de vital importancia el correcto asesoramiento nutricional como complemento de otras modalidades terapéuticas, clave para minimizar la restricción alimentaria y aumentar la variedad de alimentos rehabilitando la conducta alimentaria del paciente.



La rehabilitación nutricional es un objetivo primordial en todo paciente malnutrido y debe tratarse como una meta temprana del tratamiento, en virtud de dos premisas muy importantes:

1) Hasta que no se haya corregido la desnutrición grave, la psicoterapia tendrá una eficacia limitada.

2) La restauración y gestión del peso se asocia con una disminución de los síntomas claves en cualquier TCA, así como con la mejora de las funciones cognitivas y físicas.

¿Cómo se trabaja en esta rehabilitación?

Fundamentalmente, a través de una fase de educación nutricional enfocada en el paciente, donde se facilitan en consulta herramientas y fundamentos sobre los que trabajar para modificar las conductas relacionadas con el peso y la comida.

miércoles, 29 de enero de 2014

Epigenética o cómo impedir el desarrollo de la obesidad en las próximas generaciones

El término epigenética hace referencia al conjunto de todos aquellos factores que no son genéticos y que intervienen en el desarrollo de un organismo.

Desde el año 2001, se está descifrando un nuevo lenguaje del genoma e introduciendo la noción de que nuestras propias experiencias pueden marcar nuestro material genético, de una forma, hasta ahora desconocida y que estas marcas pueden ser transmitidas a generaciones futuras.

En relación a este concepto, un grupo de investigadores de la Universidad McGill en Canadá, ha estudiado la dieta paterna antes de la concepción y como ésta puede desempeñar un papel tan importante en la salud de los hijos como la materna.

En este trabajo, centraron su análisis en el estudio de la vitamina B9 o folato, presente en gran variedad de verduras de hoja verde, cereales, frutas y carnes. El ácido fólico materno es fundamental para prevenir abortos involuntarios y defectos de nacimiento. Sin embargo, hasta ahora no se había analizado en profundidad la forma en la que la dieta paterna puede influir en la salud y el desarrollo de los hijos. Ahora, en esta investigación se muestra por primera vez que los niveles de folato del padre pueden ser tan importantes para el desarrollo y la salud de los hijos como los de la madre.

Se ha podido estimar que, a pesar del hecho de que el ácido fólico está presente en una gran variedad de alimentos, los padres que siguen dietas ricas en grasas, de comida rápida o fast food o que son obesos podrían ser incapaces de metabolizar el ácido fólico en la misma forma que aquellos con los niveles adecuados de la vitamina B9.

Por otra parte, aunque este trabajo se ha realizado en ratones, los investigadores afirman que los resultados son extrapolables a los humanos.

Así pues, teniendo en cuenta este estudio, podemos sugerir que los padres tienen que pensarse lo que comen, lo que fuman y lo que beben y recordar que son los cuidadores de las generaciones venideras.

En conclusión, nuestra dieta actual actúa como mecanismo epigenético en una gran variedad de procesos fisiológicos y patológicos que incluyen por ejemplo la obesidad, varios tipos de cáncer, patologías cardiovasculares, neurológicas, reproductivas e inmunes, entre otros.

Por tanto, podemos concluir que lo que hagamos en el presente determinará nuestro futuro. Qué mejor forma de prevenir la obesidad que actuando en nuestra alimentación antes de querer ser padres.

miércoles, 6 de noviembre de 2013

¿La paradoja del obeso sano es real?

Generalmente, la impresión que se suele tener de una persona obesa es la de alguien con una enfermedad crónica, cuyos análisis sanguíneos indican parámetros totalmente descontrolados.

Sin embargo, casi un tercio de los obesos en España, presenta parámetros analíticos normales.

Hace tiempo, importantes investigaciones identificaron un tipo de población obesa cuyas células grasas o adipocitos son sanas y permiten multiplicarse con relativa rapidez sin daño aparente.

No obstante, las intenciones de estos estudios son las de encontrar mecanismos bioquímicos en estas personas que ayuden en el tratamiento de otros obesos o de personas sanas con algún trastorno metabólico.

Por tanto, no debemos dejarnos influenciar positivamente restando importancia a esta patología ya que, aún siendo evidente que unos parámetros analíticos favorables indican un grado relativo de salud, también es importante dejar claro que las consecuencias de la obesidad se manifiestan a corto plazo en dolores osteo-articulares y a medio y largo plazo, fundamentalmente en hipertensión, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

La obesidad es, por tanto, una enfermedad silenciosa pero, no olvidemos, se trata de una patología crónica y grave.

Por otra parte, se ha demostrado también en otros estudios e investigaciones que en la gran mayoría de personas obesas, las células grasas o adipocitos se inflaman acumulando cada vez más energía y dando lugar a perfiles de alto riesgo.

Estos estudios están sirviendo para encontrar dianas terapéuticas que ayuden en un futuro al tratamiento de esta epidemia del siglo XXI denominada Obesidad, ante la cual tanto población e instituciones, como científicos y profesionales estamos obligados a seguir combatiendo.

lunes, 1 de abril de 2013

La importancia de la alimentación en el deportista

Hay muchas formas de alimentarse y es muy importante que el deportista sepa elegir de forma correcta los alimentos que sean más convenientes para su salud y que influyan de forma positiva en su rendimiento físico.
 
Una dieta adecuada, en términos de cantidad y calidad, antes, durante y después del entrenamiento y de la competición es imprescindible para optimizar el rendimiento.
 
Una buena alimentación no puede sustituir un entrenamiento incorrecto o una forma física regular, pero, una dieta inadecuada puede perjudicar el rendimiento en un deportista bien entrenado.
 
La ingesta energética debe cubrir el gasto calórico y permitir al deportista mantener un peso corporal adecuado para rendir de forma óptima en su deporte. 
 
La actividad física aumenta las necesidades energéticas y de algunos nutrientes, por ello es importante consumir una dieta equilibrada basada en una gran variedad de alimentos, con el criterio de selección correcto. 
 
Además, hay otros factores que condicionan los requerimientos calóricos de cada individuo:
  • la intensidad y el tipo de actividad
  • la duración del ejercicio
  • la edad, sexo y composición corporal
  • la temperatura del ambiente
  • el grado de entrenamiento.
 
En cuanto a la hidratación:
 
El agua es un nutriente acalórico (no aporta calorías) necesario para que el organismo se mantenga correctamente estructurado y en perfecto funcionamiento. La pérdida de tan sólo un 10% del agua corporal supone un grave riesgo para la salud.
 
El agua está implicada de forma directa en diferentes funciones:
  • refrigeración
  • aporte de nutrientes a las células musculares
  • eliminación de sustancias de desecho
  • lubricación de articulaciones
  • regulación de los electrolitos en la sangre
 
En resumen, la importancia de una correcta nutrición que incluya también una adecuada hidratación, es clave para el deportista ya sea profesional o a nivel amateur.

martes, 1 de enero de 2013

Y después de Navidad, ¿qué?

Ha finalizado la cena de Nochevieja y ya es Año Nuevo. Han pasado las famosas 12 uvas y las comidas y cenas tan habituales en estas fiestas, en muchas ocasiones, con exceso de comida y, por tanto, un incremento de peso con respecto al inicio de las vacaciones. Llegado este momento, la mayoría establecemos nuestros propósitos para el nuevo año, y uno de los más recurrentes es el de "ponerme a dieta" para "quitarme esos kilos de más que he cogido en Navidad".

El propósito siempre es el mismo pero lo dificil es cumplirlo. Lo primero que debe venirnos a nuestra mente es: ¿de verdad estoy dispuesto a ello?, ¿ por qué lo quiero hacer?, ¿ merecerá la pena?. Las respuestas son claras y concisas: uno mismo es el que mejor se conoce y sabe de la fuerza de voluntad que tiene para afrontar el cambio. Por otra parte, si quiero hacerlo es porque, de verdad, quiero desarrollar un cambio en mi forma de alimentarme. Si no fuera así, sería una dieta más de tantas que muchas personas realizan y, además de abandonar, no proporciona los frutos deseados porque, vuelvo a repetir hasta la extenuación si fuera preciso que, los milagros y menos en forma de dieta, no existen.

Y, por último, ¡claro que merecerá la pena hacerlo! pero, como objetivo principal, debería primar un cambio en la manera de alimentarnos y en nuestros hábitos de vida. De esta forma, nuestros esfuerzos, se verán recompensados porque conseguiremos, sí conseguiremos, mantener el peso perdido a lo largo del tiempo. Y éste, y ningún otro, debería ser el propósito a la hora de realizar un plan de adelgazamiento: aprender a alimentarse es como montar en bicicleta o nadar, si nos lo proponemos, podemos hacerlo a cualquier edad, y eso que aprendamos, es un material que tendremos en nuestro cerebro para toda la vida, una serie de herramientas a las que podremos acudir siempre y cuando consideremos que no hemos hecho las cosas bien a la hora alimentarnos.

En resumen, ¿estás dispuesto a cambiar?. Si la respuesta es afirmativa, hay que ser consciente de que para perder esos kilos de más hay que cambiar muchas cosas en nuestra alimentación.
Recuerda una frase de Einstein: "si buscas resultados diferentes no hagas siempre lo mismo".

Y, por último, pídele consejo a un profesional de la Nutrición, que te ayude a afrontar el cambio de hábitos alimenticios y de estilo de vida que necesitas, así como supervise lo que estás haciendo, porque el riesgo físico a la hora de realizar cambios en el estilo alimentario es algo real y de lo que no todo el mundo es consciente.

domingo, 21 de octubre de 2012

Trastornos Alimentarios y Deporte

En recientes investigaciones llevadas a cabo por el American College of Sport Medicine, se han establecido conclusiones acerca de un incremento de trastornos alimentarios en el deporte
En el ámbito del deporte pueden desarrollarse conductas alimentarias anómalas como consecuencia de la propia práctica deportiva. La presión que sufre el deportista para mantener un peso óptimo puede ser un factor determinante en la aparición de patologías en la conducta alimentaria.
Se pueden clasificar cuatro grupos de deportes en los cuales el peso es importante:
 
  • 1. Deportes que establecen categorías por peso (boxeo, lucha, halterofilia).
 
  • 2. Deportes en los que un peso bajo resulta beneficioso para la mejora del rendimiento en la competición (remeros, canotaje, jockeys).
 
  • 3. Deportes de resistencia (fondo, semifondo, maratón). Cabe resaltar el caso de las “corredoras estéticas” que corren no tanto para obtener un resultado deportivo como para tener un cuerpo delgado.

  • 4. Deportes en los que un peso bajo resulta beneficioso para el desarrollo de determinados movimientos y que requieren buena presencia (figura estilizada y delgada) ante los jueces (gimnasia artística y rítmica, natación sincronizada, saltos de trampolín..)

Es necesario aclarar que, si bien el ambiente deportivo, no necesariamente fomenta un enfoque patológico en relación al peso, sino todo lo contrario, pues la realización de actividad física y la práctica de un determinado deporte facilitan un estilo de vida saludable, si que en determinados deportes existen aspectos diversos que promueven un excesivo interés en relación al peso.


 

jueves, 5 de julio de 2012

Síndrome metabólico y estilo de vida

La contribución de factores genéticos en la aparición del síndrome metabólico o cualquiera de sus manifestaciones es incuestionable, aunque todavía no se conocen todos los genes implicados.
Sin embargo, para que se produzca la expresión genética, es imprescindible la contribución de factores ambientales, entre ellos, el más importante, el estilo de vida.

Y el ambiente actual, caracterizado por una existencia ilimitada de alimentos relativamente económicos, placenteros al paladar, altamente energéticos, ricos en grasa saturada y con elevado contenido en sodio, junto con un escaso nivel de ejercicio físico debido al sedentarismo, a la mecanización de tareas, las nuevas formas de transporte y la casi desaparición de los juegos cotidianos al aire libre en el caso de los niños y jóvenes, aunque también de mayores, favorece enormemente el desarrollo y la aparición silenciosa de obesidad, diabetes tipo 2, hipertensión y dislipemias.

De hecho, se sabe que la epidemia actual de obesidad y sus consecuencias, en países desarrollados y otros en vías de desarrollo, no puede estar causada por ningún cambio genético, sino por la rápida transición de los factores ambientales.

Por lo tanto, cualquier tratamiento, sin un cambio en el estilo de vida, no se mostrará eficaz para luchar contra estas enfermedades.

jueves, 12 de abril de 2012

La alimentación en la adolescencia, una etapa crucial y dificil


La adolescencia comprende el periodo de tiempo desde el inicio de la maduración sexual hasta el fin del crecimiento del cuerpo. Este periodo, que no tiene unos límites cronológicos precisos, se divide en dos etapas a efectos prácticos: de los 9 a los 13 años (primera fase de la adolescencia) y de los 14 a los 18 años (segunda fase de la adolescencia).

Es frecuente que puedan producirse deficiencias nutricionales en esta edad si la ingesta no es adecuada. La conducta y los hábitos alimentarios del niño se adquieren de forma gradual desde la primera infancia, en un proceso en el que el chico aumenta el control e independencia frente a sus padres hasta llegar a la adolescencia. En este momento, en el que se concluye, también, la maduración psicológica, se establecen patrones de conducta individualizados marcados por el aprendizaje previo, aunque muy influidos por el ambiente, sobre todo por el grupo de amigos y los mensajes de la sociedad en general.

Es común que los adolescentes omitan comidas, sobre todo el desayuno, que consuman gran cantidad de tentempiés, que muestren preocupación por una alimentación sana y natural, y sin embargo exhiban hábitos absurdos o erráticos, que tengan un ideal de delgadez excesivo, que manifiesten total despreocupación por hábitos saludables, consumiendo alcohol, tabaco u otras drogas, y no realizando ejercicio físico. Todos estos factores condicionan grandes variaciones individuales en las necesidades nutricionales, debiendo particularizarse en cada caso el consejo nutricional.

¿Por qué una alimentación individualizada en esta edad?

La adolescencia es un periodo de crecimiento acelerado con un aumento muy importante tanto de la talla como de la masa corporal. Además, en relación con el sexo, tiene lugar un cambio en la composición del organismo variando las proporciones de los tejidos, hueso y músculo fundamentalmente,  además del compartimiento graso.

Por tanto, una alimentación individualizada en cada caso, logrará unos aportes energéticos óptimos para el adecuado desarrollo del adolescente, previniendo posibles déficits nutricionales, así como favorecerá un adecuado aprendizaje nutricional en esta etapa crucial, junto a la infancia, en la que se adquieren los hábitos alimentarios definitivos que habrán de ser mantenidos a lo largo de la vida.

jueves, 23 de febrero de 2012

Causas que con mayor frecuencia pueden desencadenar la obesidad

a) Embarazo. Durante la gestación se producen una serie de cambios hormonales y psíquicos que a veces se acompañan de un aumento de la ingesta. El resultado final puede ser un excesivo aumento de peso, con un cambio en los hábitos alimentarios. Hay que recordar que durante el embarazo las necesidades energéticas aumentan entre 250 y 300 Kcal/día.

b) Lactancia. Con la llegada de un hijo suele aumentar el estado de ansiedad de la madre, y éste hace que muchas veces aumente la ingesta. Si a esto se añade el reposo preceptivo después del parto, el resultado puede ser un aumento de peso. Durante la lactancia las necesidades aumentan aproximadamente en 500 Kcal.

c) Menarquia. Durante esta etapa se producen importantes cambios hormonales, con un desarrollo físico y psíquico más acelerado que en etapas anteriores. Son frecuentes en esta etapa de la vida los cambios en el peso, aunque se desconoce su mecanismo.

d) Supresión de la actividad física. Paralelamente a la disminución del ejercicio se produce un descenso de las necesidades energéticas, que muchas veces no se acompaña de una disminución en la ingesta, lo que da como resultado un aumento progresivo de peso. Este efecto es más acentuado en los deportistas de elite o en aquellos que dedican varias horas al día a la práctica de ejercicio físico.

e) Abandono del tabaquismo. Al dejar de fumar puede producirse un aumento de peso que suele oscilar entre 3 y 10 kg. El tabaco, en concreto la nicotina, tiene poder anorexígeno (disminuye la sensación de hambre) y estimula la secreción de adrenalina. Estos dos mecanismos ayudan a regular el peso, a través de una reducción de la ingesta. Al dejar de fumar, además, se produce un estado de ansiedad, causado por la privación de la nicotina y por el cambio de hábito, que muchas personas intentan aliviar comiendo más, sobre todo alimentos ricos en hidratos de carbono.

f) Después de una intervención quirúrgica. En líneas generales, después de una intervención quirúrgica se produce una etapa de reposo que puede dar como resultado en algunos pacientes un aumento de peso.

miércoles, 11 de enero de 2012

Tratamiento de la obesidad en niños y adolescentes

La obesidad infantil es un creciente problema de salud en los países occidentales. En España, somos líderes en este aspecto.

Partiendo de la base de que muchos obesos adultos inician su enfermedad en la infancia-adolescencia, los grandes esfuerzos dedicados a la prevención deben centrarse en esta etapa.

En general, se considera obesidad infantil la que se inicia a partir de los 3 años de edad, ya que los excesos de peso antes de esta edad no se consideran un factor de riesgo para la obesidad en el adulto.
La mayoría de los autores coinciden en que el tratamiento en edades tempranas debe tener como objetivo principal evitar que el niño en el futuro sea un adulto obeso y el propósito se debe conseguir con una alimentación adecuada, ejercicio físico y terapia conductual con el fin de cambiar los hábitos alimentarios para conseguir una alimentación adecuada.

El planteamiento del tratamiento del obeso infantil difiere notablemente del que se realiza en el adulto. En primer lugar, es muy importante que los padres entiendan que la base del tratamiento es conseguir que la familia cambie los hábitos alimentarios. No se puede pretender que dentro del núcleo familiar sólo el niño cambie de hábitos mientras el resto de la familia continúa con los antiguos. Los hijos tienden a identificarse con sus padres, lo que les lleva a imitar el comportamiento de sus progenitores; por consiguiente, en el futuro los hijos reproducirán los hábitos de sus padres y no aquellos que los padres han intentado inculcarles. Esto conlleva que es importante que toda la familia siga una alimentación lo más equilibrada posible, de cara a evitar el exceso de peso de los niños.

El agente más importante en el tratamiento de la obesidad infantil son los padres. Cuando los progenitores colaboran directamente en el tratamiento apoyando psicológicamente al niño e introduciendo los cambios de hábitos a todo el núcleo familiar los resultados son mejores.

Los tratamientos que se deben aplicar a los niños se reducen a preparar una dieta global para toda la familia en las comidas que se hagan conjuntamente, planificar las comidas regulares que se hacen individualmente, como son la de media mañana y la merienda y aconsejar el aumento de ejercicio físico, pero respetando la voluntad del paciente por pequeño que éste sea. La parte de la dieta que sea conjunta con el resto de la familia tendrá que ser pactada con el paciente y la familia y las comidas que realice de forma individual serán negociadas con el niño; se aconseja ceder en algún punto para que tenga algún aliciente y éste esté más motivado.

Hay que pensar que el objetivo principal no tiene que ser necesariamente perder peso, ya que esta etapa de la vida coincide con el crecimiento y si se consigue un peso estable el factor altura irá corrigiendo progresivamente la obesidad. El objetivo final del tratamiento de la obesidad infantil es conseguir un adulto con normopeso y con unos hábitos de vida y alimentarios correctos.
Es importante no magnificar el problema de peso y hacerle ver al niño que el médico nutricionista está para ayudarle.